Blog de Participación Ciudadana

He circulado la carta en internet y tengo ya gente que apoya la propuesta, creo que por primera vez en México, las tragedias no deben quedar en el olvido,  yo soy mamá y me he dado cuenta que en diferentes espacios de la vida diaria, no se tienen medidas de seguridad para infantes, tenemos una ley sobre protección a niños, niñas y adolescentes, que es letra muerta y no obliga a nadie a nada, por eso se pasan la «bolita» entre el gobierno federal, estatal y municipal

Ahora pasó en una guardería, despues puede pasar en un salon de fiestas infantiles, el transporte público o en otro espacio en el que por negligencia mueran inocentes.

Ojala esta propuesta pueda llegar a los familiares de los bebes que perdieron la vida en el incendio, de mi parte es un homenaje a ellos, esta redactada con todo el amor y respeto para las familias.

Esta reforma que propongo deberá ser el mejor homenaje a los 47 angelitos que ya no estan en este mundo y sus nombres deberán pasar a la historia de este país.

Lic. Felipe de Jesús Calderón Hinojosa
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos,
Presente

Viernes 5 de junio de 2009 es una fecha que no debemos olvidar los mexicanos, el Estado de Sonora perdió más de 40 futuros ciudadanos, que hoy por hoy no sabremos los beneficios que traerían a nuestra nación; personitas que cumplían con iluminar la vida de sus familiares, llenas de confianza en su mundo, alejados de una realidad de desprotección que los condujo a la muerte.

Lo anterior es una gran muestra de la poca atención que, sociedad, gobiernos y legisladores, han puesto para garantizar seguridad física a un grupo vulnerable de niños, no sólo al interior de guarderías o estancias infantiles, sino en cualquier otro espacio de la vida cotidiana. Los bebés de Hermosillo no son las únicas víctimas que ha tenido nuestro país por el incumplimiento de normas oficiales, legislación en materia de protección civil y otras disposiciones para la seguridad de infantes.

En el Distrito Federal la alta concentración de personas en el transporte público ha ocasionado infantes muertos aplastados, en otros lugares se reportan casos de niños que han sufrido graves caídas desde camiones o transporte público. Mas grave aún, en las aerolíneas nacionales, a pesar de tener altos costos para el traslado de infantes, no existen políticas o protocolos de seguridad y bienestar para los niños menores de tres años.

Estos son sólo algunos ejemplos, en la vida diaria podemos percatarnos de los riesgos alrededor de los niños, en muchos de estos casos, somos los padres quienes debemos prevenir, sin embargo, en otros, corresponde a la sociedad a través de empresas y organizaciones, adoptar las medidas para minimizar estos riesgos, debiendo ser el gobierno quien vigile su cabal cumplimiento.

La protección física a otros grupos vulnerables, parte de las propias demandas de estos y sus exigencias dadas a conocer a través de su propia voz, logrando sensibilizar a la sociedad.

Usted, como padre de familia, bien sabe que un niño menor de tres años no conoce la existencia de sus derechos, y su naturaleza lo coloca en una posición en la cual no puede expresar sus demandas y exigir justicia. Es por ello, que los padres somos los responsables de atender esta primer etapa de adaptación de nuestros hijos a la vida, creando una situación de seguridad y bienestar.

Lo anterior quiere decir que es la familia, en primera instancia, la responsable de hacer valer los derechos de los infantes y, por consecuencia, el Estado debe garantizar y coadyuvar para que así sea.

Nuestro país como Estado parte de la Convención sobre los Derechos del Niño, la Convención Americana de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, esta obligado a tomar las medidas necesarias para garantizar a los niños y sus familias el acceso a sus derechos.

Las necesidades específicas de los niños varían de acuerdo a su edad y perfil, por ello algunos países o comunidades, como la Unión Europea, han incorporado a sus legislaciones normas para proteger cada una de las etapas de desarrollo, teniendo como principio rector el interés superior del niño.

Estas disposiciones contemplan a su vez claramente la repartición de cargas y responsabilidades entre el Estado y sus múltiples divisiones, con un sistema de rendición de cuentas, graves penas para quienes violen la ley y un mínimo margen de discrecionalidad.

Con esta carta, pretendemos fundamentar las causas por las que es necesario reformar la Ley para la Protección a Niños, Niñas y Adolescentes, dando mayor visibilidad y atención a las necesidades de la población de niños menores de 3 años.

Es necesario que dicha Ley minimice el margen de discrecionalidad e incorpore disposiciones coercitivas entorno a la protección de infantes, contemplando sus necesidades, regulando y supervisando espacios, centros y servicios en los que comúnmente permanecen nuestros hijos pequeños, como son guarderías, estancias infantiles, servicios de transporte (público y privado), restaurantes.

En el mismo sentido, la protección a infantes debe considerarse de forma integral, incluyendo salud preventiva, proyectos educativos, medidas higiénico-sanitarias, productos alimenticios, vivienda, recreación, así como todas aquellas medidas que contribuyan al goce de sus derechos. De igual forma, consideramos que sean incluidas sanciones penales para quienes violen las disposiciones contenidas en esa Ley.